Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Cataluña, en una entrevista publicada en El País el 19/11/2006. El texto siguiente es un extracto de la entrevista que recupero de Criterio. Y luego preguntan por los motivos que provocaron el origen del partido Ciutadans y ha logrado tal éxito en las últimas elecciones:

[...] Pregunta: ¿El momento peor para usted fue el de tener que dejar de hablar del 3% de comisiones sobre las obras públicas a cambio de pactar el Estatuto con CiU?

Respuesta: El 3% no era un invento mío. Era moneda corriente que eso sucedía y hubiera bastado con preguntar a algunos empresarios madrileños. Fue un momento difícil en la medida en que se ponía a prueba la inmunidad de los nacionalismos, sobre todo el catalán.

Pregunta: ¿CiU amenazó con romper el consenso estatuario, y la izquierda cedió ante esa amenaza?

Respuesta: Se cedió no sé si exactamente porque la amenaza era real o porque nos habíamos acostumbrado a no hablar de determinadas cosas... Yo no tengo muchas dudas de que fuera verdad lo del 3%, lo que me sorprendió es que siendo verdad y estando en la prensa no se hablase más de ello.

Pregunta: Pues se percibe que el Estatuto se pactó a cambio de no hablar del 3%.

Respuesta: Eso ya me parece una exageración. No tiene mucho que ver.

Pregunta: Artur Mas dijo ante el Parlamento catalán que si se hablaba del 3% CiU rompía la baraja.

Respuesta: No la rompió.

Pregunta: No se habló más del 3%.

Respuesta: Mas amenaza siempre, pero no cumple sus amenazas. En la derecha catalana pesa mucho la real politik ¿Tiene principios? Sí, pero perfectamente descriptibles. La izquierda siempre ha sido más soñadora y más sentimental.

Pregunta: Los ciudadanos no entienden que se diga que existe, y luego no se hable del 3%.

Respuesta: Los ciudadanos entienden que no se hable y que además eso es una prueba de que la política no es trigo limpio. Pero también es un poco ingenuo imaginar que simplemente hablando se arregla.

Pregunta: ¿Y no son los políticos los que deben resolverlo?

Respuesta: Sí, pero cuando lo hacen probablemente rompen una regla no escrita de la convivencia política que es "de determinados temas no se habla".