De DanielTercero.net

Nicholas Negroponte, impulsor de la iniciativa "Un computador por niño", en una reciente entrevista para El Mercurio chileno:

"Para mí la mayor enfermedad mundial es el nacionalismo y eso es algo con lo que no se nace, es algo que se aprende. Creo que los niños que crezcan con acceso a internet serán inmunes -como una vacuna- al nacionalismo."

El etarra es fotografiado en la cama en una situación creada por su propia voluntad ante una condena provisional en la que él reclama la total libertad. En el artículo de Oleguer se compara éste caso con otros condenados que han conseguido distintos grados de libertad. No es lo mismo una enfermedad que una huelga de hambre, como no es lo mismo el suicidio que la eutanasia y no comprendo porqué pone en duda el Estado de Derecho de una manera tan simple y descarada. De Juana Chaos, condenado a 3000 años ha cumplido 18 años de condena que representa el 0.6% del total y el ex-General Rodriguez Galindo, enfermo de forma no voluntaria,cumplió 4 años de 75 de condena que representan el 5.3% del total.
Libertad de expresión para Oleguer, pero para todo el mundo, también para Alejandro Echevarría, por cierto, que tuvo que dejar el Barça dimitiendo como directivo del Barça por las presiones de una parte de los socios que no estaban de acuerdo con su ideología política. Y los dos culés.
Se insulta a los que están en contra de sus palabras así como a los que están a favor. Y con respecto a Kelme. ¿Tiene Libertad de acción o el boicot que promueve es justo?. Creo que recordar que en Cataluña rechazábamos los boicots, pero está claro que es según a quién. Igual que la Libertad de Expresión, si piensa como tu es correcto, sinó se condena. Patético. Por cierto, que Salva Ballesta sea un indocumentado y con una ideología política totalmente opuesta, no indica que Oleguer sea un inelectual. Su ideología entre nacionalista y ácrata me parece indecente y contradictorias.

Consideración final del artículo

...primera, el federalismo no es simplemente una organización institucional, sino también una cultura política determinada; segunda, federalismo y nacionalismo son incompatibles porque responden a culturas políticas muy distintas. De estas dos consideraciones extrae Solozábal una conclusión: sin lealtad mutua, las instituciones federales son inservibles porque les falta el aliento necesario para que funcionen bien.

La principal dificultad de nuestro Estado constitucional: algunos partidos no son de fiar porque no son leales, es decir, carecen de buena fe y generan desconfianza. Exigen pero no dan. El Gobierno vasco y el PNV, el lehendakari en primer lugar, sólo pueden exigir a los jueces que sean independientes, es decir, que se atengan a la ley, no que sean suyos o algo peor, de los suyos.Esto no casa con una concepción democrática del Estado. El nacionalismo prefiere el centralismo al federalismo; no se pretende el poder, sino todo el poder, y, en el extremo, a fuerza de deslegitimar las instituciones, se acaba con los mínimos de la cultura democrática: adolescentes profanando la tumba de un joven político vasco asesinado porque no era de los suyos.

FRANCESC DE CARRERAS, catedrático de Derecho Constitucional de la UAB

Opinión, La Vanguardia
01 febrer 2007