Despolitizar el catalán

Alex Salmón

Carod nos sorprende reclamando la despolitización del catalán para que sea de todos. Eureka, que dijo el filósofo. Le ha costado concluir con la idea con la que trabajamos muchos. Pero no creo que sus compañeros de partido estén de acuerdo. Sobre todo los amigos de las sanciones en el comercio. Una lengua que sanciona, no es una lengua atractiva. La fuerza del castellano viene de su despolitización. ¿A quién pertenece nacionalmente el castellano? A los de Salamanca, los de Ceuta, a los ecuatorianos, los que viven en Miami o a los de Bellvitge. El castellano es de quien lo habla, sea o viva en Cataluña o en Rusia. Más o menos, como el catalán, aunque algunos piensen lo contrario. El catalán amable tiene más posibilidades de avanzar que el sancionador, el obligado, el que elimina oportunidades. Como asegura Carod, no se trata de desatenderlo. Recuerdo nuestro editorial hace un año: «Sí al fomento del catalán, no a la discriminación del castellano».Pues eso. Ahora sólo hay que cambiar unas leyes y dejar de sancionar.Y que la gente redacte el cartel de su negocio como le dé la gana. El catalán saldrá beneficiado.

Cataluña, El Mundo
18 diciembre 2006

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